Sigo flotando.
Vaporoso aullido revela el rojo
Rojo humedad, rojo de ti.
Turbado rojo de puños tiembla
Muerte en rojo.
Aquí yace tomado el rojo,
habitado, colgado del péndulo de oprobio
y sin sabor, nace decadente.
Venturosas las piernas que se abren en rojo,
venturosa la lengua que abraza en rojo
dilatada penetra como navajas caricias
que rasga el rojo afilando la plata espesa
blancura de vida prometida.
Ahí donde se anida el rojo,
llegue la mano escaladora
domadora de mitos sonoros
de gritos brillantes
que convocan al otoño para que abra
las fauces del rojo feroz.
Fauces nocturnas
ahuyentan la memoria
beben su néctar y toman sus senos
la vida que en rojo se pierde.
Antropófagos.
Toman su rojo para alimentar tarántulas.
Se escabulle el cuerpo, recoge sus faldas
para dejar que la tierra sea del día.
Después de ti, en rojo nado
en rojo violenta de criaturas podridas
de pecho azulado, de líquido sueño.
Tuya me hice en rojo.
Dormitaba
en el hombro
la luna sonrojada.
Agujeros negros entierro de mi cuerpo
para que del suelo crezca un rojo descompuesto.
Se volvió locura el rojo que habito
termina la aventura en exceso deseo
Abrazo sílabas
golpeo la sangre
golpeo la sangre
desgarro palabras
dibujo universos
dibujo universos
Aullido terrible irrumpe una noche
la noche del rojo
que pudo
con todo el cuerpo.
que pudo
con todo el cuerpo.
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